Domingo 30 de octubre. Me levanto a las 7:00 h para acudir a Rubielos Bajos, a 160 km de mi casa para correr la ya célebre carrera Rompepiernas.

Al final llego un poco justito de tiempo a recoger el dorsal. Calentando se puede ver el buen ambiente: más de 850 corredores (en un pueblo de 200 habitantes), un sol radiante y una temperatura perfecta. De repente me cruzo con una cara conocida. Se trata de Julio Rey, actual record de España de maratón. Es un honor poder compartir una carrera con él, aunque ya no lo volvería a ver en todo el día.

Me propuse ir a 4:30, por lo que en la salida me situé relativamente cerca de la cabeza ya que los pisotones y empujones son inevitables en una salida que se antojaba estrecha.

Poco después del primer Km ya podía correr a mi ritmo, pero la euforia de la salida y el hecho de que todo fuera bajada me llevó a hacer los 3 primeros km a menos de 4:20, cosa que supe que pagaría.

A partir del km 3 el camino empezaba a subir y el paisaje se ponía realmente hermoso, las pendientes me costaban menos de lo esperado, por lo que traté de mantener un ritmo cercano a 4:30.

Llegados al km 7 ya se notaban las piernas pesadas, estaba empezando a pagar la alegría de los primeros kms. Lo bueno es que el camino llaneaba un poco, por lo que decidí subir el nivel de esfuerzo para no perder ritmo.

En el último km eché el resto, pero dos últimas cuestas a la entrada del pueblo me desfondaron. Para lo poco que quedaba sólo era cuestión de sufrir y llegar como fuera. Al final logré mi objetivo con un tiempo de 44:20.

En la meta me encontré con Rubén, compañero de equipo que a juzgar por la foto acabó bastante fresco! ajajajj.

En definitiva, un día perfecto para correr, con la mejor la compañía y dejando la impronta de nuestro paso como equipo por la Rompepiernas.

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