Tras haber pasado unos días desde nuestra inscripción a esta carrera (por una cuestión de, “venga va, nos apuntamos”), llego el momento, revisión, manta térmica, bolsas estancas, pequeño botiquín, geles, frontal, y por supuesto, la nueva veggiseta, para hacernos de notar en los momentos previos al inicio.

Llegamos al sitio, con algo de tiempo de antelación, y por allí empezaban a concentrase frikis trailerxs de toda clase. Fuimos a por el dorsal, pero no habían llegado todavía, por lo que decidimos tomar algo mientras los traían. Dijeron que se avisaría por megafonía.
Cuando nos dimos cuenta, y sin previo aviso, estaban repartiéndolos y la cola ya se había formado, vamos que ni anuncio, ni nada. Pero bueno, en la cola pudimos informar de la UDV a alguien que le pareció curioso el club, difusión ya sabeis. Y una vez llegó nuestro turno, dorsal recogido y sin imperdibles, pues nos dijeron que se les habían perdido, curioso dato, la perdición de lo imperdible. Menos mal que llevaba unos cuantos en la furgoneta.

Fuimos al coche, nos cambiamos con la equipación negra que nos hicimos, pues se avisó de que las prendas a utilizar, no fuesen nuevas por el peligro que correrían en el trail.

Llegó el momento de encerrarnos en el cajón de salida, y con unos diez minutos de retraso, dio comienzo la aventura. Una salida rápida, en 5 minutos nos encontramos con el primer gran ascenso. Aquí ya te encontrabas con una larga cola de corredores, pues había que hacerla andando, ya que quitado algún pequeño tramo, la senda era inexistente, ascenso muy pronunciado. Hacía un calor tremendo, y llegamos a la cima, completamente empapados. En esa cima nos perdimos la primera vez, encabezando yo el grupo, demostrado que un gafotas en una carrera nocturna dirigiendo al grupo, es indicativo de excesiva confianza. Con todo, nos dimos cuenta rápidamente, pues empezó a pasarnos gente a la derecha y en seguida retomamos. El descenso rápido, practicable, pero con mucha atención, primero, por que no llovía hacía mucho y todo era polvo, y segundo por el condicionamiento de ser una carrera nocturna.

Estos primeros kms perfectos, llegamos al avituallamiento del km 10, el primero, donde nos “obsequiaron” con garrafas de 5 lts de agua, vasos cero, así que, agarra con fuerza y a beber. Reponemos con un gel, y seguimos. De nuevo subida y descenso, la tónica de la carrera, en esta parte, nos juntamos con un grupo que lleva un buen ritmo, por lo que nos subimos al carro con ellxs y empezamos a tirar. Pero al finalizar este último descenso, nos encontramos con una de las partes bonitas, vemos un tapón de corredores, y al llegar al sitio y mirar hacia abajo, visualizamos una bajada en plan, culo al suelo y frénate como puedas. Me apoyo y zasca, mano llena de pinchos, ea, es lo que hay. Tony se lanza primero, y su llegada es un tanto accidentada, le sigo, y empiezo a pillar velocidad, pero él estuvo vivo y me grita, “recoge una pierna, un pie pegado al culo!”, lo hago y joder, menos mal, logro controlar la bajada, y llego perfecto. Pero entonces, saltar al río!, no lo pensamos y nos lanzamos, una corriente no demasiado suave, y empezamos a nadar hacia arriba, en ese momento, te empiezas a notar como te iban abrazando miles de algas, estaba lleno. Al final del tramo, hay una persona de la organización con una cuerda con la que poder hacer fuerza y ponerte en pie para andar el final del río. Salimos en modo monstruo del pantano, remontamos como podemos lo que queda y llegamos a la otra orilla. En ese momento me doy cuenta de que es inútil seguir con gafas, pues las seco un par de veces y nada. Me lo dice Tony, prueba sin ellas, y la verdad es que mejor que bien.

A la salida del río, nos equivocamos otra vez, volvemos a deshacer y llegamos a un ascenso más que gracioso, este si que es de apoyar manos contra los cuadriceps y a tirarle. Senda nula, y unos pasos altísimos, pues eran como escalones naturales en la piedra, recuerdo a mi piramidal diciendo, “sube sube, que durante los próximos días me encargaré de recordártelo”. Ponemos ritmo y alcanzamos a un par de chicos y una chica, encima uno de ellos del pueblo, y vamos subiendo juntxs hasta que ven que nuestro ritmo es mayor y nos dejan pasar. Creo que delante duramos como unos 30/40 segundos, si, el tiempo que tardamos en perdernos vamos, somos así! Lo siguiente, una buena cresta, pista ancha donde Tony se “detiene” a besar un momento el suelo y seguimos. En esa pista de varios kms nos cruzamos con un corredor, cosa que nos extraña, pues tenemos entendido que el recorrido no se cruza.

Nueva bajada, no es por exagerar una más que otra, pero esta es larga, predominan las piedras de canto y las rodillas, cuando llevábamos la mitad de ese tramo te suplicaban que parases, bestial, muy técnica y muy dura. Es aquí también cuando nos encontramos con el chico que iba cuarto, subiendo, pues se había perdido…joder …. Vamos por el km 18 aproximadamente, adelantando gente, mis piernas algo más fatigadas que las de Tony. En el km 19, “recogemos” a una chica, bastante machaca y de aquella zona, la cual casi acaba con nuestra moral. Fue un rato un tanto agónico, pues era todo el tiempo, “che yo paso de correr”, “en cuanto pueda abandono”, “conozco al que la ha organizado y se que queda lo peor”… tela, y más cuando tú también estás algo fatigado y va pesando la carrera. Pero bueno, en el km 20 teníamos el segundo avituallamiento, por lo que, dedujimos que allí se separarían nuestros caminos. ¿Separarnos? Ni de coña, pues la cuestión es que terminamos 15 personas juntas, 15 personas perdidas, desde gente que seguramente hubiese hecho podium hasta otrxs como nosotros, que lo hacemos por “vicio”.

Pues si, estábamos en el km 22, el avituallamiento ni rastro, balizas malamente. Consensuamos entre todxs y decidimos ir hacia la carretera, tras saber que estábamos perdidxs. Así que, deshicimos una parte del inicio de la carrera y llegamos abajo. Allí se nos unieron algunas personillas más.

Estuvimos un rato de risas, mientras bajábamos y llegábamos a la carretera, hablando ya con móviles con gente que estaba en meta, enterándonos de que nadie había llegado al segundo avituallamiento, mucho caos, eso si, siempre con buen humor. Unos volvieron por una zona que conocía nuestra amiga la “negativa”, y a nosotros nos bajaron en furgo una gentecilla maja de Albacete.

A la llegada a meta, tras haber pasado 5 horas y 55 minutos desde nuestra salida, la imagen es bastante penosa, la chica de mychip loca apuntando dorsales, del organizador de Yaincoa Sports, por allí ni rastro, ni una ambulancia, y los comentarios de la gente dignos de ser escuchados, de hecho, un chico de Tenerife que conocimos allí, nos dijo que llamó como en el km 7 u 8 a la organización porque tenía una dolencia (no recuerdo porqué) en el pie y veía difícil el seguir, directamente le dijeron que hasta el km 25 tenía que seguir para que lo pudiesen bajar. Allí repusimos algo de fuerzas con unos refrescos, recogimos la bolsa del corredor y nos fuimos a darnos una ducha. Imagino que estarían toda la noche y hasta entrada la mañana esperando gente, porque en la montaña se veían frontales por diferentes puntos.

En fin compañerxs, una buena aventura, de la cual no se ha publicado ni clasificación por el caos que supuso. Desde luego que cuando prima la pasta, las cosas dejan mucho que desear. Como anécdota, decir que este fin de semana, el susodicho personaje, borró todos los comentarios que se hicieron post carrera criticando la organización. Y ha dado como solución, el sorteo de unos vales en ropa deportiva de su tienda.

Risas, porque había que tomárselo así.

Miedo, porque temíamos que alguien le pasase algo grave.

Asco, porque no merece otro calificativo la des-organización de este evento.

Nuestra carrera particular terminó en:

26 kms. + 1500 mts desnivel.