12 horas de pasión. 12 horas de amor. 12 asesinas horas.

Suena el despertador a las 4.

Bajo a la cocina y Tony está de pie zampándose una torrada. Desayunamos.

Llegamos a Benissa a las 5:30. Recogemos los dorsales y nos cambiamos. Hay que ver el follón que tienen montado aquí con la música y los altavoces desde las 5 de la mañana. Los vecinos deben estar contentos !!!

Línea de salida.

Nos encontramos a Simone y nos saludamos. No la vi en la meta pero en la salida tiene un aspecto fenomenal, se la ve tranquila y relajada. Al cabo de un momento vemos a Saioa que también tiene un aspecto fenomenal, se la ve tranquila y relajada. A Tony también se le ve en su salsa, tranquilo y relajado ¿será porque yo, pensando en lo que se me viene encima, tengo un aspecto NO tranquilo y NO relajado?

Del Km 0 al 23

Pasan pocos minutos de las 6 y se da la salida. Encendemos el frontal y…a correr.

Enseguida salimos del pueblo y ya se puede ver la típica serpiente de luces que forman los corredores al pasar por los caminos. Tony y yo vamos juntos y Saioa y Simone venían por detrás. En los primeros kms los corredores, al rozar las plantas levantan un olor a romero que dan ganas de pararse a disfrutar del espectáculo olorístico.

Pero recordamos que estamos en una carrera y seguimos corriendo. En estos primeros kms el pelotón no se ha estirado y al entrar en caminos estrechos hemos de pararnos por aglomeraciones, para volver a correr al cabo de unos momentos.

Como Tony me había comentado que el año pasado en la subida al Cim de Bèrnia, un tramo que has de subir “escalando” apoyándote en cuerdas, tuvo que esperarse porque se formaron aglomeraciones, decidimos como estrategia aunque quedan muchos kms para esa subida, adelantar a todos los corredores que podamos sin llegar a ir de kamikazes.

Amanece y apagamos los frontales. Ya hemos subido bastante y desde aquí tenemos una magnífica vista de Calp y del Peñón de Ifach.

Llega una bajada y Tony, que va detrás mio me dice que va a adelantarme por la derecha. Yo nunca había visto correr a Tony y después de la fama que tiene en las bajadas, saco papel y lápiz para tomar apuntes. Pero se me bloquearon las manos y la mente al ver el espectáculo. Yo pensaba que con aquel camino angosto me iba a pasar sólo a mí, pero hace una maniobra de aceleración, desafiando todas las leyes físicas (ríete de los 9,8 mts/s2 de la aceleración de la gravedad), con la que en un pim pam adelanta a 8 ó 10 tíos que van delante de mí. Resultado, me tengo que emplear a fondo para alcanzarlo porque en 500 metros me ha sacado 2 kms de ventaja (o algo así).

Pero llega el km 12 y Tony va detrás de un grupo de corredores en fila india, seguro que buscando el momento para pegarles un “hachazo”, cuando de repente se paran en seco. Tony cae al suelo dándose un golpe seco en la rodilla que lo deja un poco tocado. Sigue corriendo a ver si se calienta la rodilla o se le atenua el dolor (a veces pasa). Pero en el km 23 tiene que tomar una decisión al ver que no cede el dolor. Una dura pero sabia decisión. Parar. Quedan más de 40 kms durísimos para el final. Y carreras habrán más, pero rodillas solo hay 2.

Parar, pero no abandonar porque allí estuvo, en diferentes puntos hasta la meta, dándome ánimos junto con Divina e Isabel.

Del km 23 al 49

Yo no me he enterado de lo de Tony porque voy un pelín por delante y pienso que sigue en carrera. Voy bajando siguiendo a un corredor cuando se me engancha una raíz con la zapatilla y acabo dando un par de vueltas por el suelo.

 - ¿Te has hecho daño? Suerte que has caído de lado. –me dice un corredor argentino con el que hace un rato compartimos kms-

 - Daño no, solo unos arañazos en el brazo y en la espalda

Al cabo de un rato entro en los kms del infierno. Entro en la subida “asesina” de la Marmolera. Esta subida no estaba el año pasado pero, como le dijeron a Isabel, “este año la han puesto para hacer la carrera más graciosilla” Voy con el argentino y unos corredores jóvenes de la zona. A uno de ellos le entra una rampa y se para. Cuando estamos casi arriba me paro yo un par de minutos para beber agua y recuperar.

Esta carrera tiene una cosa que no había visto nunca y es la cantidad de voluntarios. Desde la primera hora de la mañana hasta los últimos kms de la carrera. En el punto más cercano a una población o en el más alejado. Estés corriendo por el llano o subiendo la pared más escarpada. Siempre encontrarás un voluntario que cuida que no te falte nada y dando ánimos !!!

Después de la subida a la Marmolera, en el km 30, punto de avituallamiento antes de la “matada” de la subida al Cim de Bèrnia, con sus cuerdas y cadenas para facilitar la ascensión. Suerte de ellas sino hubiera tenido que usar los piés, las manos … y hasta los dientes !!!. Al verla de lejos, me fijo que hay unos puntos pequeños de colores, que son corredores enganchados en las paredes a lo Spiderman. A MI ME HABIAN DICHO QUE ESTO ERA UNA CARRERA. Una vez arriba, a crestear por la cima. La bajada es vertiginosa por un camino de piedra pequeña de aquella que apoyas el pié y se desplaza un palmo más para abajo. Los corredores caen al suelo como moscas. En esta ocasión yo no, pero las rodillas me quedan destrozadas.

Una vez abajo, justo antes del avituallamiento del km 37 veo a un par de chicas haciendo una foto y al lado….

- Coño !!! Tony qué haces aquí !!!

Las dos chicas eran Isabel y Divina y Tony me explicó su odisea. Hablamos un ratillo y me orienta sobre lo que me esperaba hasta el final.

Reemprendo la carrera. Primero llaneando y después subiendo otra montaña para luego bajarla. En la bajada, con los reflejos ya mermados me golpeo el pie derecho con una piedra. De aquellos golpes que ves las estrellas. Llego al pueblo de Senija, km 49 y pico y allí estaban de nuevo Divina, Tony e Isabel.

Del km 49 a meta

Tony me comenta que no me relaje porque, si bien quedan solo 15 kms, vienen 3 montañicas que a estas alturas pueden hacer daño. Habiendo repuesto fuerzas, ánimos y consejos, acometo la primera de las 3 montañas. Me vuelvo a dar un golpe en el mismo pie de antes y decido hacer la bajada andando ya que es bastante técnica y en estos momentos ya flaquean las fuerzas para ir pegando saltos. Además, bajando, el pie derecho empieza a dolerme horrores, las lumbares se me están quejando…. También noto que, aunque bebo mucho no paro de tener sed, y cuando llego al siguiente avituallamiento bebo todo lo que puedo para saciarla. Pero a los 500 metros del avituallamiento vuelvo a tener sed. Suerte que llevo el bidón lleno.

En este plan voy avanzando hasta llegar al último avituallamiento en el km 60. Al principio, con un terreno irregular con muchas piedras, no puedo correr. Además, veo en la punta de la zapatilla algo de sangre por lo que, toca andar. Pero pasados 500 mts el terreno empieza a suavizarse y me pongo a correr adelantando en este tramo a 5 ó 6 corredores. Sigo corriendo incluso en el subidón que han puesto para entrar en Benissa. Entro en el pueblo y los aplausos de la gente, aunque con 65 kms a mis espaldas, me hacen volar hasta la meta. Paro el crono en casi 12 horas.

Perimetral_a_Benissa_2013_Ezequiel_llegadaA

Meta

Allí estaban Divina, Isabel y Tony al pie del cañón, librando la batalla del animador del runner, más dura que la propia carrera. La organización había previsto la asistencia de veggierunners y tenía para comer unas cocas de tomate con cebolla, otra de calabacín con cebolla y otra de guisantes con las que recobramos energías y después…. AL JACUZZI. !!! (que conste que antes nos duchamos).

Perimetral_a_Benissa_2013_JacuzziA

En los vestuarios

En los vestuarios queda constancia de la dureza de la prueba:

- Un corredor le está diciendo a otro: “pero esa subida a la Marmolera ¿por qué la han puesto? ¿qué quieren, que no vengamos nunca más?

- Otro corredor que está a mi lado en los vestuarios saca la zapatilla cuando se está vistiendo dejándola caer al suelo con tan mala fortuna que le cae en una uña amoratada del pie. Mientras él exclama un “Ufff !” de dolor yo me parto el pecho (lo siento, después de la Perimetral no tengo fuerzas para contenerme). Al principio me mira como diciendo “qué tío más cabrón” pero al final él también acaba riéndose de la situación.

- Y otros muchos comentarios como aquel corredor que dice “Estoy destrozado, solo espero que mi mujer no quiera guerra esta noche”. Yo le digo: “dile que te duele la cabeza”. Y él contesta: “no, esas oportunidades hay que aprovecharlas JAJAJA”

Final de fiesta

Después del jacuzzi y la ducha, Isabel y Tony nos llevan a cenar a un restaurante hindú en El Campello. Al día siguiente, un relajante paseo por el paseo marítimo, unos gazpachos manchegos que ha preparado Tony, unas cervezas…..

Salud Veggierunners !!!