Los de Albacete esperamos este evento carretil con muchas ganas y sobre todo con respeto. Finalmente, sólo acudimos Fabri y yo (Javier Hidalgo no podía).

Y no se por qué, pero siempre que hay un evento, ocurre algo, así, para no perder las constumbres, Fabri se constipa y a mi, me empiezan a doler las rodillas. La cosa no pintaba bien, pero, finalmente, quedamos el día H (o era el D?) con Javi Apellániz en Azuqueca para que nos guiara por el buen camino.

Conforme vamos hacia nuestro objetivo nos vamos fijando en las montañas, ¿Cuál será el Ocejón? ¿ese? ¿ese? ¿ese? En fin, ya cerca de Tamajón, vemos una señora montaña y no nos cabe duda: ese sí que era el Ocejón.

Una vez llegados a Robleluengo nos tomamos una fresquita con Luis, montamos la tienda y cuando llega Javi y Juan en bici, comienza la 2ª asamblea de la UDV, que, a mi entender se hizo corta (no había más tiempo) y destaco el papel de Luis Loriente, que no paraba de hablar, de hecho, creo que el 90% de la conversación en la asamblea (jeje), la mantuvo él, como había cámaras…

Veggie pasta party con mas miembros (conocidos del Facebook) de la UDV (Ana, Juan, Javi, Patri, Sergio, Eze,…), se degusta de todo, humus, pate de berengena, pasta, mucha pasta y recibimos consejos de Javi Ballesteros, los 3 kms finales son los peores, Ok! Javi, lo tendremos en cuenta.

Nos ponemos a estirar, las rodillas las noto tocadas, Ana knulp, me dice que a ver si voy a tener tendinitis rotuliana, que eso es chungo y tal y, pienso yo, ¿tendinitis rotuliana yo? Nunca, jaja. Mientras escribo esta crónica he de confesar que efectívamente, tengo tendinitis rotuliana (razón tenías Ana) y que bueno, sobreviviré, de hecho mañana tengo carrera de 16 km (10 millas) en Madrigueras con el equipo albaceteño.

17:25 estamos nerviosos (yo por lo menos), las rodillas me molestan un poco y creo que me van a molestar durante la carrera, o por lo menos lo presiento. Me coloco junto a Ana y Fabri, vuelvo la cabeza y veo, EL OCEJÓN, ¡ay que nervios! Suena el cencerro y … palante, me planteo como dice Ana, empezar suave y luego, bueno, ya se verá luego, el caso es hacer lo que hace la gente. Empiezo tragando polvo, pero voy cómodo, las rodillas, ¿me dolían las rodillas? Pues ni me acuerdo, me veo cómodo y de hecho voy a ritmo tranquilo y encima voy adelantando gente, jeje qué bien! La cosa se pone chula, empezamos a pasar por jarales en flor, concretamente, jara pringosa (Cistus ladanifer), muy chula, por cierto, bueno, sigo, que me pierdo con las plantas. Pasamos por Majaelrayo y la gente anima y me sigo sintiendo cómodo. Hace rato que no veo a Fabri que ha tirado palante y Ana se ha quedado atrás, ya me veo corriendo la carrera yo solico (sniff). Primer avituallamiento antes de las subidas y veo que la gente se para a beber y hablar (ostras, qué bien, la gente se para?). Hago lo mismo y veo a Sergio (del equipo) bebiendo, lo saludo, bebo aquarius y agua y como no soy de pararme, le digo que sigo palante y arreo cuesta arriba y… ostras! Las rodillas me empiezan a doler ¿?¿?¿? pero sigo, me empiezo a comer la cabeza, madre mía! Si acabo de empezar y, todavía queda (¿lo peor?), no sé qué pasará y, ya que he comenzado no quiero abandonar. Ando y corro, según van haciendo un grupete del C.A. Villanueva. Intento no pensar en el dolor, pero nada, me pongo a observar (escuchar) los paisajes y los pajarillos, qué chulada, robledales… como molan! Ay mis rodillas! No me lo quito de la cabeza, porque físicamente me encuentro bien, pero las rodillas molestan y… en fin, para colmo, el pezón de la derecha me empieza a molestar (el roce, se sobreentiende), la cosa se pone chunga: toca sufrir, sí o sí.

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Ana, me pisa los talones y me alcanza, me acompaña un buen rato. Bien, no voy sólo, qué agradable compañía! Me pasa un pañuelo de papel para el pezoncillo dolorido, pero la cosa no funciona, hasta que se le enciende la bombilla y me dice: y la veggiecapa? Ostras, genial! Ahora mejor, solo tengo el dolor de la rodilla y, bueno, la vergüenza de ir enseñando las chichas, pero con orgullo, pues es 100% grasa vegetal, jeje. Llegamos a Peña Bernardo, otro avituallamiento, vemos al 1º, luego al 2º y … por fín, el 3º Javi Ballesteros, bajando, literalmente, volando, lo animo, pero creo que ni se da cuenta, va mirando al suelo pa no caerse. Ana me deja y sigue su ritmo, aunque mira hacia atrás de vez en cuando. Veo a más corredores veggies, bien! Entre los 10 primeros estamos 3 del equipo! Llego al Ocejoncillo, pensando que es el Ocejón y pufffffffffffffffffff! Veo que la cosa sigue y, “esto es peor que subir a Mordor”(el señor de los anillos, por si alguien no lo sabe). A pesar del sufrimiento, el buen humor no lo dejo, la gente me anima para subir y yo les pregunto “se va por aquí al Ocejón?” o el típico “falta mucho?” jaja siempre buen rollo. Ay! Mis rodillas todavía van a sufrir y voy encabronado porque no disfruto como me gustaría del paisaje, intento ir lo más rápido que puedo, pero los cuadriceps van a tope y las rodillas, pues igual. Sigo andando por entre las pizarras y de repente alguien a lo lejos me grita, un grito desgarrador y agresivo, con acento aragonés, miro y, ah! Si es Luis con el grupo de senderistas! Jaja les hecho una sonrisa y noto que me graban (menos mal que hace un rato que me he puesto la veggiseta y ya no enseño las chichas de grasa vegetal), me dice (grita) que tengo que correr, que en ese tramo es donde la gente aprieta, ¿? En fin, si lo dice él, será así, me pongo a correr como puedo y me parto de la risa, pues me animan como si estuviera ya llegando a meta, jeje qué bien esos ánimos, cuando terminan de grabar, me lo dicen, para que deje de correr (es lo que tienen los montajes, jeje) al poco veo bajar a Javi Apellániz y Fabri, y pienso, ostras! pues tampoco me llevan tanto, lo cual me anima y Ana, detrás de ellos, me animo bastante. No ha ido mal la cosa, pienso. Llego a la cresta de Mordor, bueno, Ocejón y, ostras! Que chulada! Como molan las vistas, aflojo la marcha y ando hacia el vértice geodésico disfrutando, ya he llegado, lo he conseguido, solo falta la bajada, qué preciosidad! En fin, estiro un poquito las piernas, bebo agua, toco el vértice y me piro para abajo.

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Aaaaaaaaah! Las rodillas cuesta abajo, también duelen, más incluso que parriba, pero eso no impide que anime a la peña que va subiendo, veo a Sergio y le animo. Hay gente que lo está pasando mal. Al llegar al ocejoncillo, alguien de la organización habla por un walki y dice que ”la gente no tiene ningún problema que los corredores están bien”, al oir eso, me da por hacer una broma (es lo que tiene el mal de altura, jeje) y le suelto, ¿pero tu has visto como van los corredores? Que no tienen ningún problema dices? Que están bien? Jaja me mira y se rie y termino preguntandole, se va por aquí a Robleluengo? Jaja, al ir acercandome a Peña Bernardo e ir llaneando algo, noto que las rodillas no duelen tanto y me vuelvo a animar, me dejo caer, y al llegar al avituallamiento, veo a los senderistas de la UDV tranquilamente tomando algo, es hora de la venganza, pienso. Llego por detrás cojo agua y sin parar de trotar, le grito a Luis, “venga Luis, foto foto, no puedo parar, venga, que no puedo parar!” Jaja se pone nervioso, saca la cámara movil y me hecha una foto, sonrío para intentar salir igual de fotogénico que Fabri y ya!, toca seguir, pero al seguir corriendo sigo recto y rápido y empiezo a oir gritos, ostras! Como anima la gente, pienso. Hasta que mi cerebro asimila las palabras: por ahí NO! ¿?¿? me giro y veo que mis perseguidores van hacia otro lado, Mierda! Me estoy equivocando, qué despiste y mis perseguidores aprovechan para alcanzarme, sobre todo uno del club maratón de Guada. Pierdo unos segundos maravillosos!! Pero me pego a él y voy un buen rato, pero al final, como mis rodillas me lo permiten le adelanto. La cosa llanea y voy estirando las piernas, me encuentro cómodo y voy rápido, adelanto gente y de repente voy solo por los jarales, como mola! Llego a Majaelrayo sin camiseta, enseñando las chichas (el pezón vuelve a estar irritado), la gente me anima, en el avituallamiento pillo a tres corredores (uno de ellos se había caído e iba muy “bonico” con unos toques de barro en su camiseta blanca) y voy con él todo el rato, finalmente en el último km, me adelanta y no puedo seguirle, me doy cuenta que ya quedan sólo 500 metros y ahora sí que noto lo que nos dijo Javi Ballesteros, que los 3 kms finales son los peores, en mi caso estos 500 metros finales son los peores, me da la sensación que son 750 metros, peor cuando ya voy por el 745 m (imaginario) entro a la recta final y, buah! Qué subidón, lo he conseguido, paso por meta y abrazo a Fabri y a los demás, Javi Apellaniz, Ana, Ezequiel y Divina. Miro al Ocejón y, no me lo creo, jaja lo conseguí. Pillo sandia y bebo agua, me tumbo en el suelo y a estirar.

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Después, pues ya se sabe, fiesta loca, arroz de verduras, y denuevo, fiesta loca loca.

El año que viene, creo que la cumbre del Ocejón me verá otra vez (espero que sin tendinitis rotuliana)