Hace unas semanas, animada por mi gran compañero y amigo, Tony, me decidí a apuntarme al 10km de Divina Pastora. La verdad que no las tenía todas todas conmigo porque las dos semanas anteriores a la carrera estuvieron llenas de altibajos y porque aunque llevaba un añito ya entrenando en esto del running, no me veía capaz de hacer carreras...

Al final me dejé liar... Como ya digo, los días previos fueron un poco desastre, cosa que aún me hacía dudar más de si sería capaz de terminarla. Hice un entrenamiento "prueba" y conseguí hacer los 10km en 1h y 7' así que estaba algo animada, pero empezó la racha de lluvias... los 3 anteriores entrenamientos a la carrera me tocó volverme antes a casa porque se había puesto a llover. El domingo anterior a la carrera quería hacer otra prueba de 10km... y también diluvio universal, así que otra vez a suspender el entreno... con la consecuencia de que el martes empecé a ponerme malísima y el miércoles, a cuatro días de la carrera, tenía un resfriado brutal, de los peores que he pasado en mi vida... Entre no haber podido entrenar bien, el resfriado y los problemillas personales que arrastraba... mis ánimos hacia la carrera iban a menos... pero no podía defraudar a mis veggiecompis 🙂

El tiempo seguía dando lluvias para toda la semana, el sábado nos quedamos en Valencia para recoger dorsales con Tony y Óscar y echar la tarde hasta la hora de cenar. Volviendo se puso a llover, un sms de la organización avisa de que había un 70% de probabilidad de lluvia durante la carrera... vamos, ánimos a tope! jajaja. Pero por suerte el día amaneció bastante bien 🙂 no hacía demasiado frío, ni calor bochornoso. Ahí los ánimos empezaron a subir un poquito. Se iba acercando el momento, nos separamos de Óscar que fue hacia la parte del maratón y nos dirigimos a la salida del 10km, estuvimos un ratito calentando y la verdad que no estaba nerviosa, lo que tenía era unas ganas locas de empezar...

Dan la salida, yo ni me entero, pero veo que la gente empieza a moverse. Empezamos a tirar y a adelantar corredores, le voy pillando el gustillo al no sentirme la última tortuguita. Los primeros kms parecen fáciles, pero empiezo a rayarme pensando en los problemillas personales... sabía que en el km 5 había un puesto de avituallamiento, pero el puesto parece no llegar nunca, me agobio pensando que no llevo ni mitad de recorrido, empiezan los pinchazos en un costado... Tony animándome, y por fín llegamos al km 5... Seguimos tirando, adelantando gente y viendo como empiezan a haber abandonos, con lo que me siento orgullosa de seguir adelante.

Llega otro bajón en el km 7 que se me hace eterno... y ya en el km 8 exploto, empiezo a tener una especie de ataque de ansiedad, intentando coger aire, pero es como que los pulmones no me responden, me ahogo y tengo muchísimas ganas de llorar, Tony se queda un poco asustado y me dice de bajar el ritmo, pobret. Consigo pegar bocanada de oxígeno y seguir adelante. Vamos llegando hacia meta, con la gente animando, y ya por fín pisamos la plataforma azul sobre el agua, un último sprint... y llegamos a meta por debajo de la hora! toma ya!!! Súper feliz por haberlo conseguido, yo que pensaba que llegaría justita (descalificaban en 1h 15') y más con todo el lastre que arrastraba...

Muchas gracias a los veggiecompis por los ánimos y el apoyo, y en especial a mi padrino, Tony, jijiji que sin él seguiría pensando que soy nula para poder hacer una carrera... y estuvo apoyándome todo el rato y creyendo en mí 😉 y felicidades a Óscar por su carrerón 😀