Esta mañana me he levantado sin ganas de correr, pero tenía que hacerlo, así que me he puesto mi equipo y todo lo necesario y sobre todo abrigo, mucho abrigo. Se preveía unas temperaturas en Alcaraz de 6 a 8 ºC, además de fuertes rachas de viento, así que tocaba abrigarse.
Desayuno como siempre, hago unos pocos estiramientos y voy a recoger a Fabri, que hoy sólo venía de fotografo oficial. En fin, llegamos a la plaza mayor a coger mi dorsal y nos enteramos que se retrasa la carrera media hora. Vemos a un compañero de la SAO (sociedad Albacetense de Ornitología) y nos dice que al haber llovido los días anteriores, los caminos están algo embarrados (y pienso, ¡Bien, con lo que me gusta mojarme!).
Supongo que por el mal tiempo y por la dureza de la prueba, 16500 m, e ir al Santuario de Cortes, con muchas subidas y bajadas y con pendientes superiores al 10% (algunas parecían del 100%, jeje), la participación no fue como en otros años, así que este año, nos enfrentamos a las inclemencias del tiempo y la dura prueba 550 valientes.
A las 11:30 se da el pistoletazo de salida y ya tenía pensado no apretar mucho (después de la rompepiernas, tenía la rodilla derecha resentida y durante la semana sólo sali un día a entrenar suave), es decir, tomarme esta carrera como un entrenamiento más y así lo hice, empecé con un grupete y al cabo del primer km veo que iba a 5:40, por lo que me decidí a ir con el grupo, pero al llegar al 2º km veo que iba a poco más de 9 minutos, con lo cual, vi que como iba bien, pues decidí seguir y por lo tanto no tomarme esta carrera como un entrenamiento, aunque eso sí, quería disfrutar del paisaje. Poco a poco voy viendo las encinas, los almeces, olmos, chopos... vaya colorido! De animalicos, sólo veo un ratonero sobrevolandonos, aunque por esta zona siempre se ven bichos, debido al viento fuerte, sólo pude disfrutar de la vegetación y del solitario ratonero. En cada km me controlaba el tiempo, pues cuando había kms con mucha pendiente subía a más de 5 minutos y cuando llaneaba bajaba de 5. La cosa iba bien. Al llegar al km 10, veo que voy al mismo ritmo que la rompepiernas y me alegré, pues luego venía la bajada del santuario, con lo cual, podía bajar el tiempo. Pasé por el centro del santuario a toda leche, la gente que había allí nos animó bastante, aunque algunos mayores nos miraban como bichos raros. Cuando iba por el km 13 rondaba los 5 minutos, ésto iba bien, pues a pesar de las rachas de viento, me veía fuerte, pero al poco de pasar este km, aparece una cuesta que no me esperaba, MENUDA CUESTA!!, esta las superaba a todas, aflojé el ritmo, pero al subirla, las piernas me empezaron a fallar. Menudo final me esperaba, las piernas cargadas a tope (cada una pesaba un quintal) y todavía faltaba la subida a la plaza mayor, pufff. Así, hasta que faltó un km para la meta iba medio bien, pero el final, lo sufrí bastante, la rodilla derecha me empezó a doler, las piernas me pesaban y, ya faltaba menos, no podía parar. Al final, llegué a 1:26:25 (5:14 el km) y vivo, con la respiración mejor de lo que esperaba.
En fin, una carrera muy guapa, con unos paisajes chachis y con mucha cuesta que también mola, pero claro, hay que tener cabeza y controlarte mejor que yo. Recomendable para todos.
Moraleja: al año que viene, repito.