"Nuestra recompensa se encuentra
en el esfuerzo y no en el resultado.
Un esfuerzo total es una victoria completa",Mahatma Ghandi
Lo primero y principal: ¡¡Yo quería estar en el Ocejon 2012!! Pero esta carrera se cruzo en mi camino unos minutos antes. El destino estaba escrito. Debia correrla. El Ocejon seguirá allí.
Os presento a la TransMontesblancosTrail50 (TMT50) que es una carrera a pie off road con salida y llegada en La Puebla de Alfindén que recorre Montesblancos abarcando los términos municipales de Villamayor, Alfajarín y la propia Puebla de Alfindén. Su principal característica es que se desarrolla en régimen de autosuficiencia. Los corredores debemos llevar encima lo necesario para afrontar la TMT. La Organización sólo dispondrá puestos de avituallamiento cada 9-10 kilómetros en los que sólo ofrecerá a cada corredor una botella de agua de 1,5 litros en cada uno de ellos. A ello añadimos también las condiciones extremas que se darán. El horario de salida es a las 13h para buscar los momentos de más calor en la jornada y hacer la prueba más extrema para los corredores.
Es una carrera ecoresponsable, miinimizando el impacto ambiental que supone la competición, traducido en generación de residuos, y gestionar eficientemente los recursos. Así, cada corredor deberá obligatoriamente llevar consigo en el material obligatorio de la TMT50, una mochila o riñonera con recipiente de capacidad mínima 500 ml, para rellenar en los puntos de avituallamiento. Igualmente, es responsabilidad del participante gestionar sus propios desperdicios, depositándolos únicamente en los lugares especificados.
Tambien se podía participar en la TMT23 con salida a las 17h o en la TMT12 con salida a las 18h.
Realizadas las presentaciones de rigor vamos al lio
Llego con mi familia al espacio polideportivo donde esta la salida y la meta, un sitio impecable: gimnasio, campo de césped artificial, pabellón, bar, piscinas, zonas de sombra, etc.
Me embadurno de crema solar, paso por el control de material obligatorio, control de peso 70 kg (con zapatillas y sin mochila) y me coloco en la sombra para esperar el gran momento, me encuentro tranquilo, demasiado tranquilo para mi gusto, últimamente he entrenado al mediodía y con calor para irme acostumbrando, pero me parece que esta carrera va a ser otra cosa.
A las 13:00 vamos a la linea de salida y después de unos últimos instrucciones por parte de la organización salgo en primera fila para lucir veggiseta con la intención de empezar con calma. Enseguida salimos del pueblo y nos metemos por pistas y sendas de tierra blanca. La tendencia es de subida. A los pocos kilómetros te das cuenta que es imposible llevar tu ritmo habitual, el calor te consume y enseguida comienzas a pasar a corredores que van andando, tratas de correr en llano y bajando, y al menor repecho tienes que caminar. Y estamos empezando. Oigo tras de mi a Jesus Arroyo, organizador de la Carrera del Ebro, la Desertica Belchite y mil carreras mas que ha sido invitado por la organización y que al final quedo tercero. ¡Vaya crack!
A los 30 minutos de carrera, primer susto, voy a beber de la bolsa de hidratación que llevo congelada y no sale ni gota, debe estar atascada de hielo. Como no empiece a beber ya, lo voy a pasar mal. Sigo chupando como un poseso y logro desatascar la bolsa y me llega un sorbo de isotónica fresquita, que gozada. El calor es brutal. Unos 43º con bochorno.
Antes de llegar al primer control, km 9’5, estreno lo que seria mi salvación: un pulverizador con agua que me refresca y me baja la temperatura. En este control me dan mi litro y medio de agua que lo reparto bebiendo, refrescandome, llenando el bidón, mojando gorra y buff. La sorpresa es que la organización ha conseguido llevar neveras al monte, así que el agua está bien fría en este control. Llego aquí en una hora y en el puesto 36º. Voy bien, caliente pero bien.
Sigo corriendo, me da tiempo de adelantar a corredores que van andando, parecen zombies y les pregunto que tal van. Todos dicen OK. Algunos con pulsometro dicen que están muy acelerados. Cada 20’ necesito beber de la mochila, sigue fría, vaya alivio. Cuando llego al segundo control, km 18, aun tengo ganas de bromear y enredar con mi pistola de hidratación. Pero la gente empieza a estar preocupada y ya no hay bromas. Utilizo el agua asignada, me tomo un gel de frutas y pregunto por el siguiente control, me dicen que esta en el km 23.
Salgo corriendo y por primera vez acompañado de un participante de la Trailwalker. No vamos finos, pero charrando charrando parece que se hace mas ameno, sigo bebiendo y antes del km 23 me he bebido todo y solo me queda algo en la mochila pero esta congelado, tengo que esperar a que se descongele.
Llegamos al 23 y solo vemos en el suelo una raya verde con el kilometro marcado. Bajonazo, empiezan los problemas y mi compañero comienza a expresar su sufrimiento y me dice que en el siguiente control se para, se va, que no sufre mas. Intento no escucharle. Nos alcanza otro corredor y dice que como vamos, que el se para en el siguiente, que ya vale de pasarlo mal, que no esta disfrutando. Nos pasa una camioneta de la organización llena de corredores que abandonan. La idea de abandonar no me entra en la cabeza.
En un tramo que vamos andando me distancio de ellos e intento alcanzar al siguiente corredor. ¡Vaya!, es una joven chica, se llama Ana R. y también va muy cascada, me dice que es la tercera clasificada femenina pero que le da igual, le paso el pulverizador de agua y lo agradece mucho. Tambien piensa en abandonar, pero se lo pensara en el siguiente control si no se recupera.
Sigo peleando con mi cabeza y con mi corazón y me viene una visión: “sentado al borde de la piscina, a la sombra, en remojo y con una cerveza”. Soplo fuerte, fuera, fuera.
Llegamos al control en la entrada del pueblo (km 28), mi mujer, mi hijo y mi hija me esperan, me animan, recibo mi agua, robo algúna botella con restos de mas agua y después de 2 minutos de no saber que hacer, valoro lo hecho hasta ahora: Llevo 4 horas corriendo, 30 kms a 40º, los dos últimos andando, dicen que queda lo peor, la piscina esta a 200 metros y mi familia esta aquí. Hay mas gente que abandona en este momento.
Entonces pienso en vosotros, los veggies que estais en el Ocejon, lo que me ha costado estar aquí y no estar allí, quiero llegar con mi veggieseta y lucirla en la meta con orgullo.
Ya me encuentro mejor y empiezo a dudar, entonces pregunto:
- Cuanto queda hasta Alfajarin
- 6 kms, subida fuerte, cresteo, bajada de vértigo, toboganes, llegar al toro, pasar por debajo de sus huevos, llegar al avituallamiento de Alfajarin.
Mi familia sigue mirándome, luego me dirian que parecia sonado. La chica, Ana R., que había llegado conmigo también se lo esta pensando y oigo que le dice a sus familiares:
- Si el sigue con su pistola vaporizador, voy con el.
Me levanto y salimos corriendo, todos nos aplauden y notamos sus animos a nuestras espaldas. Vamos juntos durante un kilometro, comienza una fuerte subida que hay que hacer andando, Ana R. se adelanta, le digo que no me espere y le deseo suerte.
Corono la cuesta, comienza el cresteo, a lo lejos muy lejos, el toro de Osborne. Sin darme cuenta me encuentro ante una bajada en picado con terreno arenoso, no quiero bajar sentado, me lanzo y pillo una velocidad que pienso que se me van a partir las piernas, llego al llano, respiro y sigo. Me enfrento a las ultimas pendientes que me llevan al toro. Hago cima, y cuando voy a pasar por debajo, pasa como una bala el primero de la TMT23, que ha salido a las cinco. Le deseo suerte y sigo mi camino hacia Alfajarin, me adelantan muchos corredores de la TMT23 y paradójicamente esto, me da animos.
Unos metros antes de llegar a la ermita de Alfajarin, mi familia en coche aparecen por sorpresa y también se desata una tormenta de aire que refresca, por fin, el ambiente.
Tercer control, Alfajarin, km 34. Mi hija Ana se queda conmigo, agua y barrita. Me encuentro con Jesus, un compañero de trabajo y gran atleta que esta de voluntario y es de la zona, le pregunto:
-¿Que me queda?
-16 kms, bajada por escaleras de la ermita, subida ligera, algunas curvas, rampas, toboganes, llaneo, subida hasta el siguiente control en el 43, luego bajada, llaneo y ya estas en meta.
Miro al cielo, parece que va a llover, se ven nubes de evolución. Ana me dice:
-Mama y tato están abajo.
Me levanto y a correr, Ana me acompaña bajando las escaleras, intenta hacerme fotos. Saludo a mi familia y me desean suerte y me dan animos.
Ya estoy en el camino, me adelantan algunos TMT23, pero también adelanto. No voy sobrado pero eso me da fuerzas. Noto que llueve, pero las gotas caen al suelo y se secan inmediatamente, no levanto la cabeza. Solo deseo ver las marcas de los kilómetros en el suelo y seguir corriendo por senderos entre trigales, esparto, tomillo y romero.
Sigo bebiendo de mi mochila que milagrosamente después de mas de cinco horas sigue dándome bebida fría, juego con mi pistola de agua que me refresca y me da vida. Ya voy contando en positivo lo que me queda, la temperatura ha bajado pero sigo sudando. Hace rato que no me pasa ni paso a nadie, cuando ves a alguien parece un naufrago en el desierto.
Toma, toma y toma, llego al km 40, me quedan tres para el ultimo avituallamiento. Llego, agua, media barrita, y a correr que dicen que es bajada.
Según van pasando los kms pienso que ha sido la carrera mas dura y también una de las mas gratificantes. Me he visto fundido y sin capacidad de reacción. Pensaba en la UDV, quería llegar y lucir mi veggieseta.
Veo una marca en el suelo que me anima: km 48 con una pintada : GO!!! VAMOSS!!
Entro en el pueblo, veo a Ana a la entrada al campo de fútbol. Estoy llegando, empiezo a emocionarme, la gente aplaude, mi mujer e hijo gritan y me animan, nos hacen dar un cuarto de vuelta al campo de futbol y enfilar la recta de llegada sobre una alfombra roja, la emoción me embarga, estoy llorando, llego a meta, mi mujer me abraza, también lo hace Alfonso, el alma mater de esta terrible carrera, me entrega el torito de finisher, ni lo veo, lloro, no puedo respirar de la emoción, pero tengo una alegría inmensa. Tambien esta mi suegra Antonia, ni la había visto, la abrazo, la beso, es muy importante para nosotros.
Toma, toma y toma, llego al km 40, me quedan tres para el ultimo avituallamiento. Llego, agua, media barrita, y a correr que dicen que es bajada.
Según van pasando los kms pienso que ha sido la carrera mas dura y también una de las mas gratificantes. Me he visto fundido y sin capacidad de reacción. Pensaba en la UDV, quería llegar y lucir mi veggieseta.
Veo una marca en el suelo que me anima: km 48 con una pintada : GO!!! VAMOSS!!
Entro en el pueblo, veo a Ana a la entrada al campo de fútbol. Estoy llegando, empiezo a emocionarme, la gente aplaude, mi mujer e hijo gritan y me animan, nos hacen dar un cuarto de vuelta al campo de futbol y enfilar la recta de llegada sobre una alfombra roja, la emoción me embarga, estoy llorando, llego a meta, mi mujer me abraza, también lo hace Alfonso, el alma mater de esta terrible carrera, me entrega el torito de finisher, ni lo veo, lloro, no puedo respirar de la emoción, pero tengo una alegría inmensa. Tambien esta mi suegra Antonia, ni la había visto, la abrazo, la beso, es muy importante para nosotros.
Tiempo de llegada: 6 horas y 58 minutos.
Busco la bascula, peso 67 con zapatillas y ropa. He bebido unos 8 litros de agua y 3 de isotonica, no he meado ni una gota. ¿dónde fueron los kilos que faltan...? Se quedaron en Montesblancos, fundidos con el polvo y derretidos en esos caminos durante casi siete horas.
Intento estirar, pero solo sonrio, miro a mi familia, están tan felices como yo.
Volvemos a casa, con tormenta durante todo el camino, siento que ha sido una carrera especial, dura como ninguna pero he corrido con cabeza y corazón pese al calor. Han abandonado el 30% . Voluntarios y organizadores han estado de sobresaliente.
Llegando a casa noto que me mareo, me tumbo, me ducho con cuidado, a la cama tapado, tengo nauseas, vomito, me encuentro mejor, a dormir sin cenar.
Dentro de unas diez horas me enfrento a mi primera carrera de orientación con mi hija Ana y formando parte del equipo Union Deportiva Vegetariana, pero eso es otra historia.