Correr es vivir el momento presente.
Seis semanas después de la media de Guadalajara, llegó la fecha de enfrentarse de nuevo a los 21097 metros en Getafe. Seguimos preparando el debut en la Maratón de Barcelona y en estas seis semanas, no he cumplido al 100% los objetivos de entrenamientos pensados... Las vacaciones, fiestas navideñas, gripe, trabajo, me han hecho dudar de mi preparación para este objetivo. Los últimos rodajes largos de dos horas se me han hecho interminables, los caminos de Chiloeches se me hacen demasiado solitarios, y me he sentido más lento de lo habitual... La verdad es que con este panorama, no llegaba muy animado a Getafe.
Tras recoger a Pedro y a Carlos en Torrejon llegamos a Getafe bien de tiempo, al salir del coche vemos que no hace casi frío. Primera sorpresa positiva. Al coger el dorsal, vemos que no tienen imperdibles. Primera sorpresa negativa de la organización (y única). Dejamos las bolsas en el ropero y a calentar un poco. Buen ambiente, buen tiempo, buena compañía... Vemos en primera fila de salida al chef de moda David Muñoz, y me quedo con las ganas de preguntarle si en la carta del Diverxo tienen algo vegano... Tras colocarnos en nuestro hueco, la salida y a correr!
La primera parte de la carrera es más bien fea, una zona vacía de todo, alejándonos de la ciudad, glorietas, giros... Nada atractivo, nadie animando... Sólo oigo pisadas, respiraciones, algunas conversaciones, los pitidos de los GPS, y hasta música de otros corredores.
Ya que Pedro juega en otra liga enseguida le perdemos de vista, Carlos y yo nos quedamos rodando a nuestro ritmo objetivo de 5:15, 5:20. Hablamos de lo típico, carreras, zapatillas, familia... En la segunda parte de la carrera vamos entrando a la ciudad, y ahora me atrevo a decir que Getafe es igual de poco bonito que Torrejon y que Coslada. En el kilómetro 16 pasamos un rato de aburrimiento extremo, que parece contagioso. Un rato después por fin encontramos algo de animación, un tramo lleno de adoquines que entiendo que es el centro de la ciudad. Se agradece recorrer este par de kilómetros con bastante más gente dando ánimos.
Después de mirar el reloj y ver que vamos según lo previsto, tan sólo queda intentar apretar los dos últimos kilómetros. Entramos a meta en 1:51!
Empecé el día en Getafe pesimista y lo termino optimista. He recargado las ganas de seguir entrenando, de cumplir el objetivo del año...
Se que corriendo consigo vivir el presente de forma intensa, consciente... ¿Es posible que por eso nada más terminar una carrera pensemos en la siguiente buscando de nuevo ese estado?