Como os comenté anteriormente en la crónica de la media de Albacete, dos semanas después iba a hacer la media de Almansa, ciudad donde se dio la batalla que permitió al primer Borbón (Felipe V) gobernar en España y además tiene un castillo alucinante. En fin, después de estos comentarios históricos sobre la ciudad de Almansa, paso a comentar la crónica.
Para ésta media iba un poco más tranquilo, después de comprobar que podía hacer una media en “condiciones normales” (la de Albacete). Además, resulta que era sábado por la tarde y a la mañana siguiente me tocaba levantarme a las 6 de la mañana para ir a currar al campo, por lo que no iba con idea de mejorar marca. Pues en esta carrera hay ciertos desniveles, con lo que en general la gente no suele hacer buenas marcas, el caso es poner alguna escusa, jeje. Almansa no es internacional como la de Albacete, pero se hicieron también muy buenos tiempos: el mejor fue Francisco Javier Ballester (1:09:53), seguido de Andrés Mico y de Julio Rey.
http://www.mediomaratonalmansa.com/medio_maraton/index.asp
Al igual que en Albacete, la organización fue genial, los obsequios también (mochila, calcetines y camiseta técnica) y el ambiente un 10.
La salida se daba justo a las faldas del castillo y justo antes de empezar, nos colocamos atrás, por lo que desde el pistoletazo de salida hasta pasar por la salida tardamos 3 minutos (participamos más de 4000 personas), así que para el año que viene ya hemos aprendido el error. En el ambiente se notaba mucha alegría y festividad a tope.
A falta de 2 minutos antes de empezar guardamos un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Lorca e instantes después, oímos el pistoletazo, la gente empieza a moverse, risas, nervios, sonrisas, más nervios, movimientos de piernas... hace un minuto que ha empezado y esto que no se mueve, ya parece que sí, empezamos a andar, poquito a poco, ahora un poco más, ya parece que empezamos a trotar (a ritmo trote moche, pero a trotar) y al fín, tres minutos después pasamos por la salida, le doy al crono y menudo ambiente, mucha gente animando, muchísima. Salimos hacia la circunvalación y se me ocurre mirar atrás y adelante y solo veo colorines, miles de colorines, la gente sigue animando.
Al haber tantos corredores, el ritmo de carrera es suave, a 5:30 nos marca el gps de mi amigo Fabri, decido ir a este ritmo pa no ir agobiado y disfrutar de la carrera. Conforme entramos al centro de la ciudad, Fabri decide ir algo más rápido y nos deja a Jose y a mi. La gente sigue animando. Empezamos a entrar a la ciudad y se oye algún tambor. Algunos vecinos que animan tocan el tambor animandonos a tope. Esto nos sube la moral y decidimos acelerar un poquito, solo un poquito y empezamos a adelantar. Hay muchos corredores y la cosa se pone dificil para adelantar, las calles se estrechan y a veces nos frenamos, pero la gente sigue animando. Conforme entramos más al centro, se oyen muchos gritos de gente, tambores, musica, timbales, … ¿Pero qué carrera es esta? ¿qué le pasa a la gente? En fin, seguimos y al pasar por las escaleras del castillo, unos chavales tocando los timbales nos ponen los pelos de punta y me doy cuenta que llevo toda la carrera con una sonrisa de oreja a oreja, menudo subidón y los pelos como escarpias. Seguimos haciendo kilómetros y voy controlando el tiempo viendo que vamos sobre 5 minutos. Damos la primera vuelta y creemos que la gente ya no va a seguir animando tanto, pero no, la gente sigue volcada con los corredores y el ánimo sigue igual, timbales, música, tambores, aplausos... así seguimos y cuando empezamos a subir la última cuesta, sobre el kilometro 18, el sol de frente, aplausos y ánimos, pero me empiezo a notar que me fallan las fuerzas, me cabreo conmigo mismo e intento sacar fuerzas, pero las piernas ya no responden igual, se notan pesadas y a pesar de los ánimos de la gente, noto que empiezo a flojear.
Me resigno, pero como ya no queda nada sigo palante, aunque lo que queda se me hace eterno. A falta de un kilómetro quiero apretar, pero no puedo, sigo igual, nos vamos acercando a meta y la gente sigue volcada con los participantes. Por fin, los últimos metros, saco fuerzas y aprieto un poco mas, llegando exhausto a meta. Me miro el tiempo y 1:52:30. No está mal, a 5:20 el kilometro. Saludo a Jose que me ha acompañado toda la carrera y ha hecho que se hiciera más amena. Nos juntamos con Fabri y con otros compas y empezamos a comentar mientras nos tomamos el refrigerio: agua, sandia, coca cola, naranja... y ajo mataero con tajás, comida típica manchega, que evidentemente no comí. Todos llegamos a la conclusión que:
Es una carrera donde se disfruta mucho.
No es una carrera para hacer tiempo, pues hay cuestas y al haber tanta gente no te permite llevar un ritmo constante.
El año que viene, repetimos
Otra punto de la carrera a destacar, es que cada punto de avituallamiento te recordaban la importancia de depositar los botellines de agua en los contenedores. Tanto en la página de la carrera como durante la carrera era constante la información. En la carrera del 2010, se recogió el 80 % de los botellines en los contenedores y para éste querian llegar al 100% aunque por desgracia creo que no se llegó. Aun así, me alegro por este punto.
Resumiendo, pues que me gustó mucho y la disfruté a tope. Los pezones bien, pues al final con tiritas genial y ahora a descansar de medias este verano y pensar en la de Hellin que será para Octubre (aunque también hay alguna carrerica por la provincia que también haré con mis compis). Nos vemos en la próxima.
Salud y ecología