Son las 15:00 horas y estoy en Calella.
Han acabado las 6 horas y le he dado un abrazo al runner con el que he corrido los últimos metros. Me doy cuenta que las lágrimas resbalan por mis mejillas. Ya no quedan fuerzas para nada más. Como diría Stallone “no siento las piernas”……Pero, ¿cómo ha ido la carrera? Dejadme que retroceda unas horas en el tiempo.
BCN, 6:00 de la mañana.
Me levanto y almuerzo. Como no sé exactamente cuánto tiempo voy a tardan en llegar a Calella, me voy para allá. La prueba empieza a las 9 y llego más de una hora antes. No hay nadie en el paseo marítimo. Me siento en un banco de la playa y veo como sale el sol por el horizonte. Aunque solo hay 3 grados, el momento es impresionante. Nada más por este rato ya vale la pena haber llegado hasta aquí.
Como le decía a Tony García, las 6 horas de Calella es una prueba sencilla. Una recta de 1,5 kms. Ida y vuelta son 3 kms. Pues hay que dar tantas vueltas como puedas. Cuando acaban las 6 horas te paras donde estás y buscas unas marcas puestas cada 50 mts. Vuelves a la mesa de control y les dices hasta dónde has llegado, distancia que suman a las vueltas enteras que has dado.
Nunca he hecho una carrera de este tipo, así que mientras me estoy cambiando oigo conversaciones de cachondeo a las que no estoy acostumbrado:
- ¿no calientas?
- Sí, yo calentaré la 2 primeras horas y después ya empiezo a correr.
o
- Yo le hago de liebre a Luis las 4 primeras horas y luego él ya esprinta.
Antes de la salida me hago una foto con Nuri, una mujer de la organización que fue la que me inscribió en mi primera maratón, ya hace unos cuantos años. Una histórica de las organizaciones de carreras en Barcelona.
9:00 horas. Empieza la carrera
Solo somos 49 participantes (yo soy el 49). Un hombre dice:
- Joder, si que somos gente este año
Nada más salir, el grupo ya se estira mucho. Hay gente que reserva porque quedan muchas horas y otros que quieren marcar un ritmo rápido para hacer bastantes kms.
Antes del primer km me junto con Joan, un runner que lleva el mismo ritmo que yo.
- ¿Vas a llevar este ritmo? – me pregunta –
- Por ahora sí, pero no creo que por mucho rato. 6 horas a este ritmo no las aguanto.
Vamos a 5 min y 10 seg el km
Seguimos hablando de carreras y corredores míticos como Domingo Catalán, Dean Karnazes, Kilian Jornet, Scott Jurek y otros y manteniendo el mismo ritmo aunque los dos coincidimos que es muy rápido. Casi sin querer ya llevamos 12 kms y una hora y poco
10:00 horas.
Ya llevamos una hora y pico. Seguimos con un ritmo endemoniado y diciendo que lo tenemos que bajar. Vemos a 3 corredores delante nuestro y decidimos dejar que se vayan un poco intentando no perderlos de vista. Lejos de eso, cada vez los tenemos más cerca hasta que al final los pasamos. Ahora hablamos de Arcadi Alibes, de la Cursa de la Amistat….. Vamos a 5 min 4 seg el km
Veo que Joan domina el paso por km y, por todo lo que dice, parece que está experimentado en esta carrera, así que le pregunto:
- ¿Has hecho las 6h alguna vez?
- No – contesta –
En este momento lo veo claro: somos 2 novatos corriendo casi a 12 kms/h en plan kamikaze hacia una debacle inminente. Pero añade:
- Yo la que he hecho son los 100 km de Calella
Pues no, resulta que Joan es un high level, y aquí el único kamikaze que hay soy yo…..y me dirijo a una debacle inminente.
Pero no sé por qué no bajé el ritmo. Seguimos corriendo y hablando de aquellas carreras que han marcado un antes y un después en tu vida. Yo le hablo de Carros de Foc y él me habla de la SPARTATHLON.
Hostia qué nombre. SPARTATHLON. Nada más oirlo ya suena a salvajada. Una carrera con ese nombre no puede ser nada bueno. Empieza a contarme algunas anécdotas de la carrera hasta que le interrumpo y le pregunto:
- Espera Joan. Pero eso de la SPARTATHLON ¿qué es?
- Es una carrera que hacen en Sparta…..de 245 km en 36 horas
Para qué preguntas, me pregunté. Si el nombre ya te lo dice todo: SPARTATHLON. A mi me suena a “si no te portas bien, te envío a la Spartathlon”. Que en griego debe querer decir “corre hasta morir” o “muere corriendo” o “corre y muere” o algo así (es broma).
También me contó la historia de un tal Eduard. Un runner de Gavà. Resulta que en Andorra hacen las 24 horas y las 48 horas corriendo. Eduard se apuntó a las 48 pero al final acabaron anulándola y solo se hicieron las 24 horas. No problem. Eduard se fue corriendo desde BCN a Andorra y después corrió las 24 horas
11:00 horas.
Llevamos 2 horas y la última vuelta la hemos dado por debajo de 5 min el km. Los 2 coincidimos que lo que nos pasa es que al hablar de carreras nos emocionamos y aumentamos el ritmo sin querer. Solucionamos el problema cambiando de temas. Ahora hablamos de la meditación mientras corres, de que la sociedad en la que vivimos es machista, de que las personas no necesitan tantas cosas para vivir, …..
De repente, se nos une Javi, un runner y me pregunta:
- Oye, ¿tu comes huevos y leche?
- Yo solo soy vegetariano pero mi compañera es vegana –le contesto-
Me dice que un día vio un camión de cerdos en la carretera y a partir de aquel día no puede comer carne, pero que su familia no lo acepta. Cuando iba a contestarle, Joan dice:
- Pues la solución es muy fácil. Tú les dices: “Yo os quiero mucho. Pues si vosotros me queréis, que sepáis que no quiero comer carne”.
Brutal
12:00 horas.
Llevamos 3 horas y 36 kms. A partir de aquí, pongo los pies en el suelo (nunca mejor dicho), reduzco el ritmo, y dejo que mis colegas se alejen. A partir de aquí toca regular, toca correr con la cabeza, y aunque no pares de cruzarte con el resto de corredores, toca correr solo.
13:00 horas.
Llevo 4 horas corriendo y llega el momento de crisis esperado. Toca pagar el exceso de los primeros kms, la carrera me pone en mi sitio. El cuerpo dice BASTA y la cabeza tiene que emplearse a fondo para convencerlo de que es una situación pasajera. Durante 30 minutos sufro bastante. Hago unos estiramientos y ejercicios de lumbares y parece que me recupero un poco.
Pero a las 4 horas y 40 minutos llego a los 50 kms y llega también Divina para ver el final de la carrera. No voy a decir que se me pasaron todos los males, pero en ese momento mente y cuerpo llegaron a una alianza. La cabeza no le pediría al cuerpo una velocidad exagerada, ni siquiera rápida. A cambio, el cuerpo tendría que llegar al km 60.
14:00 horas.
Solo queda 1h. Solo una maldita hora. Parece mentira pero ante esta noticia todos los males se alivian un poco. Como quien no quiere la cosa, llego a los 60 kms cuando faltan 4 minutos para las 6 horas de carrera, el final. Estoy en el punto de avituallamiento y un voluntario me pregunta:
- ¿Acabas aquí o vas a seguir?
- Sigo – le contesto –
Por aquellas casualidades de la vida, Joan, el de la SPARTATHLON llega al punto de avituallamiento en estos momentos (él lleva ahora 63 km). Le pregunto:
- Joan, ¿acabamos la carrera juntos?
- Por supuesto
Acabamos los 3 minutos que quedaban. Poco antes del final le dije:
- ¿te das cuenta que solo quedan 30 segundos de carrera?
- Sí, hay que disfrutar de estos pequeños momentos que tiene la vida.
5
4
3
2
1
0
Estamos en el punto de 700 mts. Nos damos un abrazo y noto que las lágrimas resbalan por mis mejillas. Son las 15:00 horas y estoy en Calella.